Por Julio Dam
Rébbe Mesiánico Renovado
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Vaikráh/Y llamó/Lev. 14:1-2
“Y dijo ADONÁI a Moshéh diciendo: 'Esta será la ley respecto a la metzoráh/leproso en el dìa de su purificación: Deberá ser presentado ante el Kóhen/Sacerdote'.”
n esta parashát tenemos una vislumbre de temas espirituales que pocas veces tenemos. La parasháh de esta semana, “Metzoráh”, habla de lo que debemos hacer cuando se encuentra a alguien que tiene tzaaráh/lepra u otra enfermedad de la piel. "Debe ser traído al kóhen/sacerdote" para que éste lo limpie y si es necesario, derribe su casa para limpiar el terreno.
El Rav Rashí menciona que, los Amorí/Amoritas guardaban sus tesoros en las paredes de sus casas, cuando escucharon que los hijos de Israel venían a pelear. Cuando los israelíes ganaron y tomaron posesión de sus casas, encontraron los tesoros escondidos en las paredes de las casas.
La anécdota de las casas de los amorí se puede relacionar con una anécdota del Rav Zusia, de Anípolis, que decía: "No tengo temor si cuando llegue al Olám ha Báh, Elohím me pregunte porqué no llegué a ser como Moshèh. Le contestaré que no tenía el carácter ni las habilidades de Moshéh. Lo que sí tengo miedo es que me pregunte porqué no fui como el Rabí Zusia!"
Debemos tratar de ser todo lo que podemos llegar a ser. No depende de Elohím sino de nosotros. Nosotros somos los que le ponemos límites a Elohím para que nos haga a Su "imagen y semejanza" no El.
¿Por qué decimos que esto se relaciona con la casa de los amorí, y con los enfermos de tzaaráh/lepra/enfermedades de la pie? Porque cada uno de nosotros tiene una clase diferente de tzaaráh: algunos tenemos orgullo, que nos domina, y no podemos aprender de nadie, porque ya "sabemos todo." Otros tienen envidia, y sólo pueden ver lo que tienen los demás pero no las brajót/bendiciones que Elohím ha derramado sobre él y su familia.
Otros tienen grandes defectos de carácter, como la ira que actúan como una lepra, ahuyentando a todos de su alrededor y todos ellos debemos ser limpios por el Kóhen ha Gadòl/Sumo Sacerdote, Ieshúa ha Mashíaj. Muchas veces nuestro orgullo, envidia o defectos de carácter han enfermado nuestra alma (la casa de nuestro espìritu) y debemos sanar nuestra alma de enfermedades psicosomáticas que lo han contagiado de nuestros problemas psicológicos. El único remedio es tirar abajo nuestro "hombre exterior" como lo llama el Rav Shàul en "Romanos" como hacían los kohaním con las casas de los enfermos de tzaaráh; y como los israelíes que tomaban las casas de los Amorím/Amoritas, encontraremos tesoros escondidos al limpiar nuestra casa.
Sólo cuando tiramos abajo las paredes de las casas de los Amorím dentro nuestro, que es nuestro "hombre exterior" encontraremos los tesoros escondidos y podremos llegar a ser todo lo que Elohìm desea que lleguemos a ser y todo lo que estamos DESTINADOS a llegar a ser, según Su divina voluntad. Mas esto exige que seamos sinceros con nosotros mismos, nos examinemos interiormente, "tirando abajo" las paredes exteriores de nuestro carácter y veamos qué es exactamente lo que hay debajo, para pedirle a Elohìm que Ieshúa ha Mashìaj sea quien forme y transforme nuestro caràcter "amorí" en un carácter más de acuerdo con Elohim.
Dice en Ef. 4:22: “Sáquense el hombre viejo, con su antigua manera de comportarse, de acuerdo a los deseos de la seducción, para ser renovados en el viento de sus mentes y colóquense el hombre renovado..
DÉJEN EL HOMBRE VIEJO
Muchos de nosotros tenemos años de ser creyentes, de tener a Ieshúa como Mashìaj y la Dimensión visible de Elohím (Ioj. 1:14) y sin embargo todavía tenemos al hombre viejo actuando dentro nuestro, “con su antigua manera de comportarse,” es decir, que actuamos igual que antes de conocerlo.
Cada día que nos levantamos tenemos una nueva oportunidad de cambiar nuestro “hombre viejo,” nuestros pensamientos, nuestra conducta pasada, carnal, del mundo y ser diferentes, como Elohím desea que lleguemos a ser.
Existen varias áreas en las cuales debemos anhelar y tratar de cambiar: en nuestra relación con Elohím; en la relación con nosotros mismos; en la relación con la familia; en la relación con la sinagoga; y en nuestra relación con las personas de trato diario u ocasional.
¿Qué significa CAMBIAR? Modificar, renovar, transformar. Significa traer un aire diferente a nuestras vidas; renovar todo aquello que está:
Constantemente estamos ante disyuntivas: podemos elegir planear, decir o hacer algo que nos va a dar más y más vida espiritual y mental, o lo contrario: muerte y estancamiento mental y espiritual. Elohím nos abre la puerta a lo primero, dándonos las oportunidades y las puertas abiertas para que progresemos espiritual y mentalmente, haciendo Su Voluntad, que es lo que dice la Tehiláh 51:10: el renovar nuestro corazón y el darnos un espíritu correcto, que pueda distinguir aquello que nos conviene y que nos va a acercar a Elohím, de aquello que va a perjudicarnos y a alejarnos de Él. No necesariamente, esto último es siempre un pecado: puede ser, simplemente, una tarea, un nuevo empleo, un nuevo estudio, pero que nos va a extraviar del verdadero camino espiritual, que está lleno de Su Verdad, si es que realmente deseamos eso, en vez de desear sólo cosas materiales.
Mientras ha satán hace todo lo posible para que entremos por “la puerta ancha que lleva a la perdición,” haciéndonos entrar en decisiones, expresiones y planes que nos ensucian y nos alejan de todo lo que es de Elohím.
Este es el objetivo principal al que debemos aspirar en este nuevo año que se inicia: un corazón puro que Elohím CREE, no “modifique”. Renovar nuestro espíritu, para tener un espíritu correcto dentro nuestro.
Mas todo esto sólo va a suceder si: 1) lo buscamos; 2) si dejamos que El nos diga aquello que hay en nuestro corazón (que está mal o equivocado, o malvado); y 3) aceptamos reconocer que existe esto; y 4) decidimos cambiar.
El resultado será que nuestro espíritu será renovado y nuestra mente y nuestros pensamientos y sentimientos y actitudes y decisiones serán renovadas. Cuando llegue Ióm ha Kipurím/Día de los sacrificios expiatorios/kaparót que es el día en que Elohím vé lo que somos, estaremos diferentes delante de El, renovados, mejores, cambiados, frescos.
Renovación es, también, comprender aquellas cosas que antes no comprendíamos. No comprendíamos nuestras actitudes o tener nuevas actitudes que nunca tuvimos, gracias a esta nueva comprensión de nuestro ser interior. Reacciones que antes no teníamos.
Ese cambio necesita ser mantenido, así como nuestro automóvil necesita un mantenimiento de vez en cuando. Necesitamos mantener los cambios y constantemente tener deseos de seguir adelante, de cambiar, de ser mejores, de no estacionarnos, de no seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez.
Lo que dice en Ef. 4:23: “Renuévense en el aire de sus mentes” es que Elohím desea que nos despojemos de nuestros malos hábitos, pecados, de nuestros deseos que no concuerdan con lo que Elohím ordena para Sus hijos.
Elohím nos dio un corazón con cualidades maravillosas, como los niños tienen: amor, amabilidad, gentileza, cariño, gratitud, el deseo de dar. Con el tiempo, esas hermosas cualidades se fueron cambiando y trocando por un corazón amargado, lleno de ira y de falta de perdón y dolor.
Para todo esto necesitamos lo que dice Su Tanáj: “Oréija ve emetéija”/Dáme TU luz y TU verdad”. Tenemos dos opciones: O vivimos de acuerdo a NUESTRA luz y a NUESTRA verdad para hacer lo que deseamos hacer, o vivimos de acuerdo a las suyas y hacemos Su voluntad.
El decidir viviendo en SU luz y en SU verdad tiene un precio (alto). No viene sólo pidiendo, sino que debemos pedir y ACEPTAR lo que nos muestre, lo que nos enseñe y para ACEPTAR debemos desarrollar en nuestra vida: humildad, sometimiento y obediencia.
Hay personas que no avanzan en sus asuntos particulares justamente porque Elohím pide de ellos que dejen su orgullo, su in-dependencia y su des-obediencia, pero ellos ni siquiera quieren escuchar eso y siguen adelante, pero no van a ningún lado, aun cuando Elohím está en sus vidas, y El desea todo esto para nuestro bien. El resultado es que no avanzan y todo les sale mal—hasta que admitan que no tienen ni humildad, ni sometimiento ni obediencia.
No es fácil vivir siendo guiados por SU LUZ Y SU VERDAD pero si tomamos ese camino recto, Elohím siempre nos va a respaldar, ayudar y enseñar, continuamente. Aquellos que deseamos conocerlo y entenderlo (Jer. 9:23-24) necesitamos recibir “oréija ve emetéija”/su luz y su verdad”. No podemos ver SU verdad con nuestra luz. Y si vemos Su verdad así, en poco tiempo más retrocedemos y volvemos a nuestra “verdad”. Como dice 1ª Iojanán 1:5-6: “Porque Elohím es luz y ninguna tiniebla hay en El. Si decimos que tenemos relación con El y andamos en obscuridad, mentimos y no caminamos en la verdad.”
Una de las cosas que debería manejar nuestras vidas es la Verdad de Elohím. Lamentablemente, hemos aprendido que muchos de nosotros no podemos recibir TODA Su verdad. Tenemos un límite. Tenemos una frontera más allá de la cual no recibimos Su verdad, porque no podemos soportarla. Esto es un desperdicio de Su sabiduría y de Su ayuda por nosotros que no pudimos recoger ni tener.
Que Elohím nos guíe por Su Verdad y Su luz en este nuevo año que se inició y nos purifique nuestro corazón para este Pésaj!
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