Viernes, 12 Octubre 2018 10:33

PARASHÁH 2 NÓAJ / CÓMODO

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DIFUNDIENDO EL JUDAÍSMO MESIÁNICO RENOVADO PARA TODA LATINOAMÉRICA, LOS EE.UU. Y EUROPA

PARASHÁH 2
NÓAJ / CÓMODO

4 DEL MES OCTAVO DEL 5779
13 DEL MES DE OCTUBRE DEL 2018

Toráh: Be Reshít/En el Principio/"Gen." 6:9-11:32
Haftaráh: Is. 54:1-55:5

Por Julio Dam
Rébbe Mesiánico Renovado

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Be Reshít/En el Principio/"Gen." 6:9: Estas son las generaciones de Nóaj, hombre tzádik/justo, piadoso, tamím/completo, armonioso, había sido en sus generaciones.

COMENTARIO DE LA PARASHÁH

LOS SEIS RASGOS DE CARÁCTER  QUE ELOHÍM BUSCA EN USTED

El nombre de Nóaj/Cómodo dice algo de él: estaba cómodo CON Elohím. No era que sencillamente “era un cómodo”; se SENTÍA CÓMODO con la compañía de ADONÁI a su lado. Creo que esta característica de Nóaj, reflejada en su nombre, es también reflejo de su destino (como el de todo nombre en hebreo) pero también una lección para nosotros, que vivimos a 6.000 años de distancia de Nóaj. Como veremos en este comentario, Elohím elige la persona adecuada para la tarea adecuada en el momento adecuado. Nóaj es llamado “tzádik” (piadoso)  y “tamím,” (perfecto) lo que muestra que quizás no había habido muchos como él ni habría muchos como él en todas las generaciones.

Elohím eligió seis hombres para construir Su Maljút ha Shamáim/Dominio de ADONÁI/”Reino de los Cielos”.  De cada hombre exigió una cualidad de carácter diferente. Estas características de carácter nos deberían enseñar mucho sobre lo que Elohím exige de nosotros, si queremos llegar a servirlo  y también nos debería enseñar un par de cosas sobre el Maljút ha Shamáim/”la Soberanía de los Cielos” a aquellos que queremos caminar en Su camino. En esta parasháh nos enfocaremos en las características de carácter necesarias y en la etapa del Maljút ha Shamáim que está siendo construyendo.

¿Qué es el Maljút ha Shamáim? El Maljút ha Shamáim/la Soberanía de los Cielos es un Reino y un Dominio espiritual construido por Elohím por medio de seis pactos hechos (cinco de ellos) con el Pueblo Judío. Estos seis pactos son: el primer pacto/brít, hecho con Nóaj (Be Reshít 9:9); el segundo, con Avrahám, en que Elohím le regaló la tierra de Israel para siempre (Be Reshít/En el Principio/“Gn.” 15:18), pasando por el segundo brít con Moshéh, en que Elohím le dio las fronteras morales del mismo Israel (Shemót/“Ex.” 19:5), teniendo delante el tercero, el Brít israelí (Dvarím/“Dt.” 30), con las bendiciones y maldiciones para los que lo cumplan o no; siguiendo por el cuarto, el brít con el Mélej/rey Davíd, en que Elohím le promete a David un reino eterno (2a  S. 7:13-14 y 23:5) (¿cómo puede ser hecho un brít eterno con un rey mortal?); hasta culminar con el quinto, el Pacto Renovado, que toma los cinco primeros pactos y los internaliza dentro de cada persona (Irmiáhu/“Jer.” 31:31-33; Heb. 8:8-10 y 10:16-17) por medio de recibir al Rébe Ieshúa dentro nuestro. 

Si visualizamos un Reino espiritual siendo construido en la Tierra, podremos ver mejor lo que Elohím está haciendo ya desde Nóaj, continuando con cada uno de las seis personas involucradas y culminando cuando Elohím tomó carne y se llamó “Ieshúa”: “El Maljút ha Shamáim ikráv aléijem/La Soberanía de los Cielos se ha acercado a ustedes”, dijo el Rabino Ieshúa y Mesías a Su Pueblo en Matitiáhu. 

Rodeado de una miasma de pecado, de maldad y de perversión en su época y en total contraste con ese medio ambiente de pecado y de desarmonía con Elohim y Su Santidad, Nóaj se destaca como el único a quien Elohím llama “tzádik” y “tamím,” piadoso y completo (armónico, armonioso, justificado). El contraste no podría ser más grande: pecado/perfecto, armonioso. Este primer pacto se basa en el ADN moral de una persona que está en paz consigo mismo y con los demás, que está completo, especialmente en todas las áreas en que la humanidad a su alrededor no lo está.

Avrahám es el próximo protagonista de los seis pactos, el primero con lo que sería Israel, la Esposa de ADONÁI. Lo primero que podemos pensar de Avrahám es que está inmerso en el grosero politeísmo y brujería de Jarán, su ciudad natal, en la actual Iraq. Otro contraste tremendo: de una ciudad politeísta y llena de brujería, Elohím saca a un hombre que es el primero en tener al Verdadero Elohím y Creador del Universo como su Elohim.

La segunda característica de Nóaj es que, quizás, era un superviviente nato, o él no hubiese podido sobrevivir sano los múltiples asaltos a su psiquis que una catástrofe como el Mabúl/Diluvio implicó. Se necesita un carácter bien especial para sobrellevar una crisis de ese tamaño e impacto y seguir funcionando. Podemos inferir por las trabas a su vida normal que Nóaj debió soportar, que era una persona casi totalmente extrovertida, dado a la acción y no a pensar; un carácter dado a hacer; con un nivel bajo de ansiedad y quizás de imaginación y un detallista, con una maravillosa memoria (¡Que no va a olvidarse de la única especie de conejitos, por ejemplo!) Las personas que son muy imaginativas, ansiosas introvertidas, no van a sobrevivir bien a un trauma como el Diluvio y si lo hacen, estarán llenos de cicatrices emocionales que los convertirían en pobres (y enfermos) ancestros nuestros. Lo que Elohím quería de él, y lo consiguió, era que asegurara la continuidad de la raza humana (y de las razas de animales diversos) a través de la continuidad de su propia familia a través de sus tres hijos, son los padres de las 192 naciones y ya más de 6650 mil millones de personas que habitan la tierra en el Siglo 21. Su tarea era cuidar, guardar, preservar, todo lo cual es un movimiento hacia un centro, hacia uno mismo.

En cambio, la de Avrahám era todo lo contrario: expander, diseminar, enseñar con el ejemplo, motivar a los demás a conocer al Unico Elohím verdadero que él conoció. Un moverse hacia fuera, hacia lo desconocido. Nóaj era un pionero solitario, mientras que Avrahám era un entrenador. Nóaj no era EL gran ambicioso espiritual, ni era el rol que Elohím esperaba de él. Cuando este extrovertido tuvo oportunidad de “divertirse” con su familia, la juerga no salió nada bien ni para él ni para lo que hoy es Africa! (Be Reshít 9:20-25).

Nóaj, la tesis que conservó a la humanidad tzádik, dio lugar a Avrahám, la antítesis, que comienza a formar a la futura Esposa de Hashém, Israel en cuanto al número de su pueblo; y estas dos a la síntesis, que está representado por otro hombre, Moshéh. Moshéh es bien conocido por su extrema humildad. Pero, ¿qué es la humildad en el fondo? Es el vaciarse de sí mismo para dar lugar a Elohím a que nos llene de El. Esa es la característica que Elohím buscó en un hombre para confiarle la Toráh y ése es el hombre que Elohím encontró: Moshéh.

El primer movimiento dialéctico—de un total de dos—está completo: Nóaj el “cómodo” (con ADONÁI) para aislar al único hombre tzádik, que daría descendientes tzadikím; Avrahám, “padre de pueblos” para expandir al único hombre que, además de fundar el monoteísmo, comenzó a expandirlo; y Moshéh, “rescatado de las aguas” para vaciarse de sí, y liderar a la Esposa colectiva de Elohím en el moldeamiento moral de su carácter de acuerdo con las reglas de conducta diarias que Su Esposo le proveyó en Su ketuváh/contrato de casamiento, es decir, en la Toráh.

El tercer pacto es con todo el Pueblo de Israel; un pacto colectivo, con las reglas bien claras: “Si haces esto, tendrás éstas bendiciones; si no lo haces, tendrás estas maldiciones”. Aquí entra la primera diferencia substancial: el brít/pacto está hecho con todo el pueblo, no con una persona sola. ¿Por qué? Porque los tres primeros pactos formaron a la mujer colectiva conocida con Israel. Este pacto sólo le plantea las condiciones del matrimonio.

En el cuarto pacto, hecho con David, el reino/Maljút1 comienza a tomar forma. En los tres primeros se forma el cuerpo: el Estado de Israel e Iehudáh y las células de su mente, los judíos individuales. Para cuando termina el tercer pacto, la Mujer está formada (aunque le falta el espíritu/rúaj). La característica principal del futuro rey David, es su amor, su cercanía (a consecuencias de su amor) y el danzar para ADONÁI. El es “un hombre de acuerdo a Mi corazón”, lo llama ADONÁI mismo, precisamente por estas características de carácter.

El quinto pacto/brít es el del reino; Israel va a reinar con Elohím como Cónyuge. Estas características de carácter del rey David sólo enfatizan el rol de esposa de ADONÁI: amor, cercanía y danza.

Por último tenemos el sexto brít: el Brit Jadasháh/Pacto Renovado de Irmiáhu 31:31-33. Este está hecho con “el Linaje de Israel y el Linaje de Iehudáh”, es decir, con la misma persona colectiva que el pacto anterior y que los otros cinco pactos (excepto el de Nóaj). Este pacto es, de nuevo, a la síntesis de los dos últimos, el brit con Israel, la tesis, y el de David, la antítesis, que estaba circunscrito a un solo país, Israel, pequeñisimo, y a un solo rey mortal, David. Este último brít es eterno, y en la tierra reinará por Mil Años, y será liderador por un Rey que nunca morirá, Ieshúa ha Mashíaj. Ieshúa tiene todas las características de carácter que hemos visto, y muchas más: tamím/perfecto, sin faltas, como Nóaj; está preparando para nosotros el Arca para salvación del Mabúl/Diluvio que se viene sobre toda la Tierra (¡aunque ni el mundo ni la Iglesia se da cuenta de nada!); El es “padre de pueblos”, como Avrahám, ya que extendió y sigue extendiendo Su Maljút ha Shamáim/Dominio de ADONÁI a todo el mundo; como Moshéh, es extremadamente humilde como Moshéh (imaginémosnos a cada uno de nosotros siendo Elohim, el orgullo que tendríamos), está cumpliendo desde ADENTRO NUESTRO las Mitzvót que LE DEJAMOS QUE CUMPLA; como David, ya está reinando sobre Su Dominio y pronto instalará el Reino de los Mil Años en la tierra en Su segunda Venida.

Este ciclo de seis pactos se repite todos los años, cada vez que se comentan las parashót. El orden es siempre el mismo: Nóaj, Avrahám, Moshéh, Israel, Davíd y Ieshúa. Pero el NIVEL no debería ser nunca el mismo: cada año, deberíamos subir un nivel espiritual y mental. Cada año, nosotros como Nóaj tendríamos que sentirnos más “cómodos” en la compañía de ADONÁI. ¿Se siente usted más cómodo con ADONÁI a su lado que el año pasado en este mes? ¡Bien! ¿Es usted ya un entrenador del espíritu de los demás? ¿Está usted aconsejando a los demás, a sus amigos, compañeros de trabajo (no en su religión, sino CON su ejemplo)? ¿Es usted más humilde que el año pasado, o, ya no se le puede decir nada porque se enoja? ¿Ha cumplido este año algún mandamiento que el año pasado no cumplía, quizás porque ni siquiera sabía que existía ese mandamiento? ¿Está usted adquiriendo las cualidades de carácter que lo estén acercando a ADONÁI? ¿Danza usted para ADONÁI, para agradarle? ¿Se parece en algo a Ieshúa más que el año pasado?

Nos quedan pocos años más, hasta el Diluvio/Mabúl que se viene sobre todo el mundo. DESPUÉS, ya no va a haber tiempo para cambiar; solo para temblar. ¡Comience ahora!

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