Dice en “Ex.” 20:4-6: “porque yo soy Elohím tu creador, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los ojos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian.” “Y hago misericordia a millares. A los que me aman y guardan Mis Mandamientos.”
Quizás hemos leído en la Toráh muchas veces versículos como éstos, pero no creemos lo que dice, o no le damos importancia, porque no entendemos que la clave de la riqueza y la pobreza está en versículos como éstos y otros que citaremos. Elohím le habló a Moshéh en el Monte/Har Sinái y le dio los Diez Mandamientos. En ellos, Elohím prohibió la idolatría bajo la pena de una maldición que iba a llegar hasta “…la tercera y cuarta generación,” (Ex. 34:7). Como bien dice un escritor sobre este tema tan poco conocido en la realidad de nuestra vida, supongamos que una persona comete el pecado de idolatría (que incluye tener fotos del inexistente “Jesús” o la “Virgen María” o estatuas de santos en nuestras casas. Y supongamos que él y cada uno de sus descendiente por cuatro generaciones, tienen tres hijos cada uno. Esto hace que cuarenta personas estén bajo la maldición puesta ¡por la iniquidad (la falta de cumplir con la Toráh) de una sola persona! El que no nos cree, le rogamos que lea solo Deut. 28. Con ese solo capítulo ¡va a tener que tomarse un calmante para dejar de desmayarse del susto y de la angustia!
Dice en Hoseas/Hoshía 4:6: “Mi pueblo es destruído por falta de conocimiento.” Dice en Lev. 5:17: “Si una persona peca y comete alguna de las cosas que están prohibidas de hacer por los mandamientos de Elohím, aunque no lo sepa, igual él es culpable y tendrá que cargar con sus faltas de la Torah/tzedakáh.” (La palabra tzedakáh, según el autor David Hill, tiene 460 significados distintos y le toma un capítulo entero, el cuarto, de su libro “Palabras griegas y significados hebreos.” Las traducciones de Reina-Valera y otras traducciones en castellano la han deformado a 14 veces, a decir “iniquidad” (desde Matt 13:41 hasta 2a Jn 5:19), cuando en esos 14 versículos sólo se está hablando de salirse de la Toráh, de los mandamientos, uno de los 460 significados de tzedakáh.)
Las clases de maldiciones/klalót: Hay tres tipos de maldiciones/klalót: 1. Maldiciones de parte de Elohím; 2. Maldiciones de ha satán y/o de sus sirvientes (los demonios) con el derecho legal de maldición (dado por la Toráh.) 3. Maldiciones de ha satán y de sus demonios sin el derecho legal para maldecir. Los primeros dos tipos de maldiciones pueden ser rotas sólo a través del arrepentimiento de los pecados responsables de traer las maldiciones. El tercer tipo puede ser fácilmente roto con armas de Elohim qué Él nos provee para luchar contra el enemigo. ¿Qué es una maldición? Las maldiciones de ha satán siempre involucran a demonios a su cargo. Cuando una maldición es dicha, los demonios son enviados a una persona específica o a una familia específica para un propósito específico: enfermarlos, hacerlos pobres, traer peleas en la familia, y muchas causas más. La maldición es el mecanismo de envío y los demonios hacen que la maldición traigan las consecuencias de la maldición: enfermedades, fracasos de todo tipo, peleas familiares o en el trabajo, etc.
El libro de Dvarím/Asuntos/”Deuteronomio” 28 da detalles de muchos efectos de las maldiciones: 1. Pobreza o completa falta de dinero. 2. Enfermedades, especialmente enfermedades crónicas y hereditarias. Como el padre de la familia tiene cancer, uno o dos de sus hijos lo adquieren, aunque haya pasado 20 o 30 años de sus nacimientos y luego uno o dos de sus nietas. (Esto es mucho más común de lo que la gente que no entiende el efecto de las maldiciones y bendiciones.) 3. Vidas llenas de problemas y de shocks súbitos, fracasos en planes y problemas. 4. Quebrantos mentales, psicológicos heredados del padre o de la madre. 5. Ruptura de las relaciones matrimoniales y divorcios, que luego se repiten en la vida de los hijos y hasta de los nietos. 6. Muertes prematuras y por causas no naturales. Debemos entender esto y arrodillarnos y pedir perdón por todo pecado y enfermedad que se repite en una familia, sin causa aparente, pero la verdad es la maldición que está detrás. Un arrodillarse de todos los involucrados hará que la maldición desaparezca de la familia para siempre. Dice en Dvarím/Dt 27:26: “Maldito sea el que no siga los términos de esta Enseñanza y las haga. Y todo el pueblo dirá: “Amén.” (JPS Tanáj Hebreo-Inglés, 2a edición, pág. 432.)
Muchas personas que siguen a Elohím y/o a Ieshúa, luchan contra problemas serios, enfermedades y males en sus vidas, sin dares cuenta que todo eso se debe a maldiciones heredadas.
El capítulo 28 de Dvarím está lleno de pecados que son consecuencias específicas de maldiciones, como:
1. Tener o guardar en un mueble de la casa un recuerdo de un viaje a un país. Ese “recuerdo” muy fácilmente puede ser una maldición, como dice Dv. 7:25-26.
2. Practicar el ocultismo, (adivinación, brujería, oraciones a “santos”, consultar a un “medium,” o a los muertos (de su propia familia), hechicería, etc.)
3. Tener en la casa objetos, libros de brujería llenos de maldición (que se han comprador como “recuerdo” de un viaje a un país lleno de brujería y de venta de “juguetes” para los niños.
4. Relaciones homosexuales o durante la menstruación. Gen. 19:13, 24, 25, Lev. 20:13 y 20:3.
5. Toda práctica de ocultismo (adivinación (con cartas), hechicería, brujería, consultas con un médium, asesinato (Dv. 27:24).
6. Fornicación o incesto, es decir, relaciones sexuales con la hermana, con la cuñada, la suegra o la actual mujer del padre. Dv. 27:22, 23, 29 y muchas causas más que tomaría muchas páginas el detallarlas.
RAÍCES DE MALDICIONES
Terminaremos esta parasháh, de la cual podríamos escribir un libro completo y nos faltarían las páginas para decir todo lo que se ha aprendido en la medicina y las ciencias modernas.
¿Cuáles son las raíces de las maldiciones? Hay muchas: las heredadas, los pecados de los abuelos y tatarabuelos, los pactos rotos en el principio hechos con ha satán pero no cumplidos después. La involucración en los pecados de nuestros antepasados y cosas inmundas. El traer cosas inmundas y de brujería a la casa o a la oficina. Manejar cosas inmundas y dar honor a los demonios “dioses” de ciertas religiones en ciertos países en todo el mundo. Hacer gimnasia de origen satánico como el yoga, el Tai Chi, la Nueva Era, la música metálica, el rock, el vivir en tierras no limpias o con maldiciones heredadas por el dueño; el hacer rituales demoníacos disfrazados de “música moderna”, por practicar Artes Marciales especialmente demoníacas, la Masonería, las Flores de Bach, la Kinesiología, el tener dibujos satánicos en las paredes externas de nuestras casas por no comprender el origen y el significado de dichos dibujos, y por ultimo, el dar a ha satán el derecho legal de atacarnos porque sabiendo nosotros, o no sabiendo, nos involucramos en situaciones que abren la puerta justo lo suficiente a ha satán y a sus demonios para hacernos tremendos daños. Es sólo este derecho legal que le damos a ha satán por involucrarnos en todas o algunas de estas cosas mencionadas, y muchas más, que abrimos la puerta para que ha satán destruya nuestra familia y/o nuestros negocios. Debemos estudiar esta parasháh y estar bien informados de lo que tenemos y no tenemos que hacer. ¡Que Elohím lo guíe en todo y en cada paso de cada día de su vida!